Soñando géneros

Posted by I'm the penguin | Posted in | Posted on Saturday, August 06, 2011

Era un curso/diplomado/congreso/junta de estudios de género, en un entorno académico-comercialón con el tema de si es necesario o no que en una sociedad que exista el género y lo paradigmas de identidad dicotómica como los hay tanto en la actualidad. Hombre/mujer hetero/homo puta/santa cabrón/pendejo. El caso es que hablábamos de eso y cerca del final me pedían hablar acerca de la visión de los estudiantes en este ámbito, no tengo idea de porque yo, pero pasé y me vi hablar. No sé qué dije pero estoy convencido de que fue muy bueno. Los medios locales me hicieron una entrevista que seguramente citarían fuera de contexto, pasé a mi lugar y todo terminó.

En algún lugar de la ciudad tú y yo tomábamos una malteada de moras, en algún lado leí que te agradaban, eso creo. Mientras discutíamos aún de la conferencia nombrabas a lxs autorxs que te habían hecho quien eras en este campo, y lo fangirl que te habías puesto de verlos frente a ti tomando notas y susurrándose comentarios incisivos y flatulentos entre ellos. Yo sólo te veía y asentía, lo que suelo hacer cuando pasan estas cosas. No estaba seguro si decirte que yo ya sabía quién eras tú, mientras tú te comportabas como si fuéramos dos extraños en igualdad de anonimato.

¿Y cómo acabamos aquí? Yo nunca vi esto, pero sé que pasó así: en cuanto terminó la plática, después de ir a babearles a las vacas sagradas del no-género, te me acercaste como si nuestro plan silencioso desde el principio hubiera sido fingir que éramos extraños para encontrarnos, como las jóvenes mentes que aspiraban a algún futuro en la academia. Supusiste que teníamos mucho en común y seguiste la conversación, pero tú no sabes que en ese momento yo también babeaba cual fan girl viendo a una vaca sagrada hablándome. Tu fama te precedía, y tu ni en cuenta.

Ya en el café/bar/resto/galería/casa-de-citas empezábamos a hablar de cosas personales, y de nuestras condiciones similares de perros falderos de academia, y nuestra afiliación al ABC (All Boys Club), y bueno toda la charla de cajón que acompaña el saberse del mismo club. Fue entonces que ya con más confianza me preguntaste por qué usaba una camisa rosa si era de la opinión que un contra arquetipo de género era aún nadar a las anchas del paternalismo.
Al ser yo, primero te conteste una tontería relacionada con la temporada y el primer nombre de diseñador que me venía a la mente. Tu risa fue forzada. Después me tomé un trago de silencio para armar bien una respuesta, la cual no sé si en verdad se formó o sólo escupí lo que siempre digo, mas-menos un gargajo paradigmico.

De la forma en la que lo veo, la herencia cultural del ABC tiene un peso que por lo general despreciamos, al grado de decir que no hay tal cosa como una cultura, solo gente con intereses afines. Pero creo que esa visión es un tanto descontextualizada, porque yo creo que la cuestión de esta identidad tiene bastante de herencia, así como la raza. Dije, vi como tus ojos preparaban cuarenta contra argumentos y tu boca se contorsionaba en exaltación por rebatir. Pero antes de que pudieras hablar seguí.

Sí, me vas a decir que la raza de mero principio es un término que hoy es un poco políticamente incorrecto, y me dirás también que la raza es un término acuñado por la cultura que se forma por sociedades con identidades geográficas, educativas y de tribu que se forman en el tiempo. Pues bueno, yo a eso te digo que el fenómeno queer trasciende geografías, pero su forma de herencia cultural existe. Si bien tus padres no te enseñan las truculentas artes del joteo, estas existen en la nube cultural que nos rodea, ya que quieran o no, las cuestiones de género vienen en un paquete cultural inseparable. Al heredarnos las expectativas de cómo debe ser un hombrecito y cómo se comporta una mujercita, viene también el paquete entero de lo que pasa si a las mujercitas no les da por casarse, o si a los hombrecitos les gusta ser chingados (entiéndase en el sentido más sexual posible).

De esta forma, creo que aquellos individuos que empiezan a formar una proto-cultura de la identidad sexual, quieran o no la están heredando a través de los observadores. Ahora, esto por si solo asegura que no se transmitirá quizá de la forma ideal. Y esto es echarle mucha crema a los tacos a decir que la gente lo va a ver mal y lo va a satanizar. Pero el punto, es que esa cultura se va heredando. Comienza a salir en tus películas hollywoodescas, se oye en la tele, se habla en las revistas de chismes. Cuál chupa cabras empieza a materializarse del aire. Entonces, en este aspecto, soy de la idea que la cultura queer se hereda a las generaciones, se transmite, quizás a base de burlas y golpes, pero la transferencia está. Y si tenemos herencia, tenemos antepasados, y tenemos un grado de responsabilidad de mantener record de que existió (si no es que preservarla).

Tu expresión me dice que cada punto le estas poniendo pero, aún así quieres que continúe. También hay un dejo de excitación en tu pecho y tus lentes de pasta resaltan en la luz bohemi-esque.
Ya dejé claro mi posición a cerca de la transferencia, creo. Ahora habría que convencerte que en definitiva, existe tal cosa como la cultura queer. Quien me oye decir esto me refuta que esto es imposible, que los estereotipos de la tele de reinas que aman a britney/gaga, usan entallados y son promiscuos son una horda de sinsentidos que no son cultura. Y que esta visión ni siquiera engloba al resto del espectro.

Sí, es cierto, en sí el estereotipo no le hace favores a nadie. Y si te pones a comparar eso contra lo que me refería de las razas me vería muy ridículo comparando el producto de antros y marchas contra centurias de arte, costumbres, tradiciones, lenguajes, etc. Sí, en ese sentido es un tanto ridículo. Sin embargo mi punto no deja de ser que en un sentido un tanto superficial, estos estereotipos repudiados si sirven como proto-cultura que gira en torno a un cierto avance, porque también hay los productos culturales. El arte de temática queer no puede ser relegado a una sola identidad porque por si solas las obras son independientes y de todas partes del globo, pero no dejan de tener en común todo el bagaje de género cultural que implica pertenecer al mundo LGBTQXYZ…

A lo que voy, creo, es que por sí sola existe una cultura, que aunque queramos o no, se ha formado con base en las expresiones de género y sexualidad. Y todo es parte de: el arte, los estereotipos, los contra-arquetipos, las críticas, las marchas. Todo. Para formar una intangible red que si bien, a no todos gusta compartir, enlaza a la “comunidad” dándoles en común algo más que sus gustos perseguidos, que sus tendencias incomprendidas; una identidad.

Bien, me preguntas por qué uso rosa, después de que te dije que eso del afeminamiento me parece solo un contra-arquetipo patriarcal que no libera a nadie a menos que sea parte intrínseca de la persona. Entonces te contesto que el rosa me parecía apropiado para este evento, ya que es una especie de conmemoración a los ancestros, de asimilar el bagaje heredado y hasta cierto punto de hacer una sátira medio respetuosa. Por eso vengo de camisa rosa.

Terminé, agarré mi taza de malteada y sin tomar la acerqué a mí en un intento muy burdo de darte a entender que mi letanía absurda había terminado. Estabas a punto de soltar todo lo que habías preparado, pero algo en mi mirada te obligó a concretar y repensar. Hubo un ligero silencio que me supo a moras, y después dejaste caer toda una explicación de la ontología del género y la cultura. En nuestro ritmo de discusión había un cierto tango, un ligero acento lascivo en nuestras objeciones y después todo se empezó a difuminar, con una discreta sensación de triunfo y hormonas en el estómago.

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