Sabor a envoltura

Posted by SgtPepper | Posted in | Posted on Monday, September 07, 2009

Cuando se es una envoltura se sabe desde un principio que esos pequeños ojitos con pericia y hambre, no lo ven a uno con el fin de comerlo, ni mucho menos con la intención de conservarlo. Cuando se es una envoltura, uno sabe que vale lo mismo que una tapa de pepino, lo que importa es que te quiten de en medio. Y una vez asumida esta verdad, la vida tiende a ya no deprimir tanto.

Pero con ella fue distinto, sin duda se trató de un regalo a ella de algún abuelo, unos cuantos crujidos y por mera obra de suerte acabé rota en su bolsillo. Y como a veces pasa, fui olvidada, pero siempre a la expectativa de una mano fregosa que gritara a la distancia algo como -¡Un día de estos van a salir ratas de tus pantalones!- Pero nunca llegó, de hecho, cuando por fin me encontraron fui analizada de cerca, meticulosamente viendo los pliegues y dobladillos acumulados por el reposo. Y después del análisis me lamió, pasó su calida lengua por todas las ranuras, como si fuera hace segundos que me separé del dulce, pero no era así. Más tarde acabé en una caja.

Conozco los botes de basura, y se que aunque sea por poco, esta caja no lo era. Otros triques y chucherías olvidadas, envueltas con un olor penetrante a añejo y conservadas en lo que luego aprendería que eran litros de nostalgia. Estaba obscuro y silencioso casi todo el tiempo, había figuritas de colores fosforescentes, notitas con tinta opaca, y uno que otro recorte, pero lo más impresionante era el cementerio de otras envolturas ahí, todas similares, bien pudiendo ser mis abuelas o primas políticas.

Y pasaba el tiempo, y se llenaba la caja, ya no era sorpresa ver como introducía envolturas nuevas, o triques de plástico barato, o chacharas de metal. La parte inesperada era cuando ella volvía y abría la caja, olía el contenido y nos sacaba una por una, y justo como la primera vez, pasaba su mirada escrutadora por toda mi superficie, estudiaba cada ranura hasta que volvía a aproximar sus papilas gustativas. No se dejaba de sentir extraño que lo hiciera, pero ya era una sensación familiar, lo que yo no concebía en un principio era que después de tanto tiempo que el sabor ya no estaba impregnado, ella siguiera probándolo. Pero con cada vez que esto se repetía, que ella volviera a probar una y otra vez el plástico desabrido, más entendía que lo que ella saboreaba no era el sabor a dulce, que hace ya muchos años ella no saboreaba el dulce.





[yes, I'm shameless just like that]
by I'm the penguin

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