La pirata del aburrimiento

Posted by I'm the penguin | Posted in | Posted on Wednesday, December 16, 2009

La capitana Kararrosa con su nave el Nube veloz, era una temida pirata en los trece océanos de menjurge, ella y su tripulación eran un grupo de despiadados piratas que atacaban y amotinaban a cuanto barco podían, tomaban todo y luego huían, dejando a las embarcaciones víctimas confundidas y azonzadas. Pero Kararrosa no era una pirata corriente como los que andan detrás del oro y esas trivialidades, ella traficaba algo mucho más serio: el aburrimiento. No que lo transportara, lo atacaba. Es por eso que sus embarques favoritos por tomar eran aquellos de burócratas y contadores. Sus municiones constaban de risas y chocolate.

Su ataque era muy ruidoso, como cuando hundieron el S.S. Muchoseso, comenzaron por emanar olas de música por las corrientes del pacífico, y prosiguieron por lanzarse en cañones de resorte hacia la embarcación. Uno tras otro, los bucaneros de Kararrosa se introducían en el tubo amarillo pastel y luego salían disparados a velocidad increíble hasta la cubierta del otro barco, donde les esperaba un gran colchón previamente puesto.

Al llegar allí Kararrosa se anunció con silbatos y tambores, interrumpiendo el silencio de los señores burócratas. Al ver que comenzaban a salir de sus aletargadas y grises habitaciones la capitana dio la orden –bucaneros, ¡al ataque!- Entonces empezó un lanzamiento de caramelos y serpentina contra los hombres, seguido de un tiroteo a quemarropa de espuma de colores, dejándolos inmóviles. Una vez los señores confundidos, la tripulación del Nube veloz registró el barco entero buscando artículos de valor aburril, esto llámese pesadas constituciones antiguas, colecciones de pelusas por grado de densidad y cualquier otro instrumento de tortura.

Una vez que tuvieron el motín, la capitana Kararrosa prosiguió por su parte favorita, la ejecución de sus aburridas victimas. Se paró firmemente delante de ellos y les vio como quien inspecciona a un bicho para ver si sigue vivo después del chanclazo o no.

–Señorita, pero que le ha pasado a su pierna- preguntó un preocupado burócrata al ver que la joven Kararosa portaba una pata de palo.

-¿Acaso le di permiso de hablar?- preguntó la capitana con severidad, el señor solo agachó la cabeza –descuide, es de juguete- dijo la capitana risueña mostrando la removibilidad de su amenazante pata de fina caoba.

–Señores adultos, a caso ¿son ustedes culpables de ser unos aburridos caralarga sin remédio?- porfirió la capitana, sonando más a juicio que a pregunta. Los burócratas no sabían que contestar, aún no sabían si quiera si el ataque de piratas con parches de papel y una capitana con una pata de palo falsa, podía ser cierto; no consideraron que pudiera ser una broma, ya que aunque esta amotinara su barco no la podrían distinguir.

-Pues nuestras ocupaciones nos obligan a llevar vidas pacíficas y de contemplación- respondió un hombre cuyo tono de piel era tan gris como su corbatín.

-Ajá, con que culpando a su obligación eh? ¡Pues aquí se acabó su vida de tomar el té a l misma hora todos los días y dormir antes de que anochezca!- dijo la capitana, alzando el brazo triunfante mientras la tripulación lanzaba alaridos de aprobación- Dospapadas, dame la espada- le dijo Kararrosa a un joven corpulento que llevaba un gran saco lleno de armas. Al ver esto el grupo de hombres grises temió y como pudieron si hicieron bolita entre ellos, entonces vieron como Dospapadas le daba a su jefa una larga y fina hoja azul transparente.

-Y por el poder que me confiere la gran espada de azúcar cristalizada, yo los libero de su vida de aburrimiento- dijo la joven pirata mientras la tripulación volvía a gritar de emoción. Entonces, sostuvo la espada en alto y la abalanzó contra los burócratas, cortando la espesa capa de espuma de colores. –Ahora, ¡a festejar!- gritó la capitana, concluyendo la ejecución de insípidas vidas de rutina y comenzando la fiesta.

Los bucaneros sacaron de sus cantimploras jugos de colores fosforescentes, y sabores innombrables, servidos en cocos, cascos y caracolas. A los señores grises les era muy difícil entender que sucedía, pero como los piratas ya sabían, la fiebre dulce es muy muy contagiosa. Así que después de unos cuantos tragos de jugos de piñaguaranja y manzarazdía, moverse al ritmo del redoble de Arritmo, el pirata musical, y comer chocolate hasta no poder más los aburridos; los entes grises habían muerto y solo quedaban alegres hombres que solían ser burócratas.

Al amanecer el otro día la tripulación se dio cuenta que el S.S. Muchoseso se había partido en dos debido a la alocada fiesta, los fuegos artificiales y el desbordamiento de alegría. Los aturdidos hombres nuevos despertaron y rieron al ver su antigua nave. Al final se tomó la decisión de que algunos de los antiguos burócratas de unirían a la tripulación del Nube veloz y los otros nadarían a tierra donde reharían sus vidas, se sentían capaces de conquistar el mundo a risas si eso se propusieran.



[ si, ya me lo dijeron. yo tampoco se, dejemoslo en experimento que nunca debe repetirse]

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