Lease bajo su propio riesgo

Posted by I'm the penguin | Posted in | Posted on Monday, December 20, 2010

Era esto precisamente, lograr la suspensión de la incredulidad y conseguir que el lector entrase en su juego.

Que las manchas de sangre en el vestido de Penélope pudieran olerse al acariciar la fibra celulosa contra el pulgar y la zozobra.

Hacer que sin titubear, una aceleración atacara al miocardio y la respiración faltara, solo palabras que se hacían reales como el trueno que rompe al aire.

Las páginas se voltean solas y se está seguro que el clac clac clac del maletín de aquella figura macabra no tardará en sonar detras; del jardín, de la cocina, de la conciencia, en cualquier momento.

Se pierde la cordura y discernimeinto. Ya no es cuestión de seguir la trama o deconstruir segun Derridá, ahora las uñas buscan surcos donde apuntalarse y la mente huye a planes de fuga futil.

Y el lector ya no lee si no es leido, una vez dentro, no le queda más que esperar al frío momento donde sus miedos se precipiten del aire, y sienta las manos escamosas aproximarse a su vientre y en un golpe del destino le extraiga viceras, recuerdos, nervios y todo.

Entonces el juego habrá terminado. Y el lector también.

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